NUESTRO CIRCO IMAGINARIO

sidereazul@hotmail.com


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Estoy más convencida que nunca que la vida es vivir. No es una cosa, es un proceso. No hay otra forma de conocerla más que viviendo, estando vivo, fluyendo, discurriendo con ella. La vida no me está esperando en ninguna parte; me está sucediendo. No se encuentra en el futuro como una meta que he de alcanzar; está aquí y ahora, en este mismo momento: en mi respiración, en la circulación de mi sangre. Cualquier cosa que yo sea, es mi vida y soy yo…

La oscuridad también es buena y también es divina. Y confío en que esta danza paciente, hará que me encuentre con una mañana en que la felicidad surja en mi corazón, y lo hará desde una fuente desconocida, y que esa fuente desconocida será la existencia misma: confronto mi vida para encontrarla.

Gloria.

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jueves, 11 de marzo de 2010

Ya no me quedan manos

I

La gélida noche es un océano para mis ojos ciegos

El aliento humedece las palabras que invocan

tu nombre mantra astillado por tímidos gemidos

afonías de voces muertas

Me hundo en el conjuro que te atrae

a mi cama encendida

Mi respiración en zambra voluptuosa

violenta mis pechos bajo las manos

mis pezones torturados con dulzura

renacen de mis dedos

Tu tibia ausencia

me entrega en la mi sombra herida

la idea de tu piel desnuda de polvo y de alas

Mi torso arqueado te da la bienvenida

Mi lengua famélica se pierde en el fondo

del abismo tu boca imaginaria

Ya no existe cordura dónde asirme después

del profundo misterio beso quimérico.

II

Me extravío al concebirme mujer

de sonrisa abierta entre las piernas

labios que anegan y palpitan

Pierdo la inocencia

te reclamo

te necesito

te suplico

El recuerdo de tu sexo erguido

Clava mis uñas en las sábanas

Las columnas de mi cuello se tensan

el viento helado me acaricia

espolea el vapor sediento de roces vivos

del perfume amotinado de mi excitación

Te ofrezco el estrecho de mi boca

la caverna de mi garganta

ahógame

Te adivino gemir suspiro enloquecida

Lentamente

los dedos se hunden en el mar de mi cuerpo

escarban la veta marina para encontrar su propia vida

en lo profundo de este secreto sonámbulo

Recorro un sendero inundado que no se puede detener en lo eterno

No se detendrá No quiero.

III

Comienza la danza eufórica

ya no soy yo sino tuya

Por ahí descansa la ternura de su culpa

Me entrego rendida al placer de gozarte sin reparo

ni fronteras no todos los pecados son imperdonables

Deliciosa agonía

La concupiscencia se revuelve a sí misma

fortalece su artificio

Mis dedos profetas crean círculos alrededor del ojo

sensual de la orquídea

vestidos con las letras de tu nombre

anuncian la lluvia que pronto llegará

suaves espasmos fértiles

brotan de su aparente sepultura se me agolpan en el vientre

Sílabas entrecortadas escalan mi boca engreída

El almíbar de mis senos se agolpa en las areolas

y los endurecen

Desaparece el aire

Mis caderas se rebelan contra el último suspiro que me queda

Resisto la convulsión imparable

que nace en el centro de mi cuerpo

Mis muslos clausuran el sexo

lo aprisiono delicadamente

para abrigar el delirio

para salvarlo por un instante

de su efímera naturaleza

Aún con los ojos cerrados

le sonrío tímidamente a tu ausencia

que vuelve a tu lado.